Trujillo en Línea.- En el marco del II Congreso de ODUCAL – Perú, denominado: Hacia el Bicentenario: “Por un Perú libre de violencia contra las mujeres”, desarrollado en la ciudad de Trujillo los días 11, 12 y 13 de setiembre del presente año, las Universidades Católicas nos dirigimos a todos nuestros compatriotas que luchan y sueñan por un país mejor y más humano, para manifestar lo siguiente:
1. Nuestro leal compromiso por la vida nos lleva a tener esperanza en un futuro libre de violencia contra la mujer como sinónimo no solo de ausencia de violencia sino como la consolidación de una vida digna.
2. La violencia contra la mujer en nuestro país es un hecho innegable. Lamentablemente, muchas veces es invisible y se ha naturalizado de modo tal que aparece como normal; en palabras del Papa Francisco: “No podemos naturalizar la violencia, tomarlo como algo natural. No se naturaliza la violencia hacia las mujeres, sosteniendo una cultura machista…” (Papa Francisco en Puerto Maldonado, 19 de enero de 2018).
3. La peor expresión de esta violencia es el feminicidio, como lo muestran los datos que tenemos a la fecha (119 casos en lo que va del año; 149 el año pasado, según informa el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables). Vidas truncadas, familias destrozadas, consecuencias transgeneracionales… es decir, “una verdadera plaga que afecta a nuestro continente americano” (Papa Francisco en Trujillo, 20 de enero de 2018).
4. Las universidades católicas tomamos partido de manera incondicional por las víctimas de una insufrible y detestable violencia machista, disfrazada de relaciones de dominación, cosificación y apropiación, que incluye también la trata de personas, una verdadera esclavitud.
5. Por lo tanto, nuestro compromiso como Universidades Católicas será:
5.1. Colaborar con las estrategias planteadas por los estamentos del poder público y la sociedad en su conjunto para poner fin a todo tipo de violencia ejercida sobre la mujer.
5.2. Tolerancia cero a la violencia al interior de nuestras universidades, mediante la implementación de planes y políticas de lucha contra todo tipo de violencia expresadas en protocolos contra acoso y hostigamiento sexual, y directrices para una convivencia ética y saludable que proteja la salud mental e incluya a la familia como centro de nuestra atención para el cultivo de valores y principios donde nos respetemos mutuamente.
5.3. Fortalecer el rol de la Defensoría Universitaria al interior de nuestras universidades en la lucha contra toda forma de violencia.
5.4. Incluir en el perfil de nuestros egresados las competencias y destrezas necesarias para un cambio social hacia la igualdad entre el hombre y la mujer; esto implica que las universidades impartirán una formación humana e interdisciplinar reflejada en los planes de estudios, de tal modo que el perfil
profesional evidencie respuestas cualitativas y justas ante situaciones de violencia.
5.5. Promover investigación interdisciplinar que incluya los aspectos jurídico, médico, psicológico, educativo, comunicacional, ético y otros vinculados a los derechos de las víctimas.
6. Las universidades católicas del Perú, al terminar nuestro II Congreso, damos gracias a Dios por vivir en una época en que se toma conciencia de este problema ancestral y a la vez reconocemos el compromiso activo y firme de muchos peruanos comprometidos en la lucha contra toda forma de violencia, a la que nos sentimos plenamente unidos.
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