Trujillo en Línea (Por Fray Héctor Herrera OP +).- Jesús al leer en la sinagoga el texto de Is. 61,1-3, hoy se cumple la Escritura, Lc. 4,21-30 nos presenta el ahora de Dios, como decía el Papa Francisco a los jóvenes: “Jesús revela el ahora de Dios que sale a nuestro encuentro para convocarnos también a tomar parte en su ahora de «llevar la Buena Noticia a los pobres, la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia en el Señor» (cf. Lc 4,18-19). Es el ahora de Dios que con Jesús se hace presente, se hace rostro, carne, amor de misericordia que no espera situaciones ideales, situaciones perfectas para su manifestación, ni acepta excusas para su realización. Él es el tiempo de Dios que hace justa y oportuna cada situación y cada espacio. En Jesús se inicia y se hace vida el futuro prometido. (Homilía de Francisco JMJ 27.1.2019)
“Todos le aprobaban y se admiraban de sus palabras llenas de gracia que salían de su boca” (v. 22). La buena noticia es el reino de Dios, nace desde los pobres. No habrá más muerte, ni dolor, hambre, oprimidos ni excluidos por los poderosos. Les revela el amor de Dios Padre que nos ama, quiere la tierra para todos, no al acapararamiento ni despojo de unos pocos, a las grandes mayorías.
¿Qué es lo que molestó a sus paisanos? Presentarse a sí mismo en quien se cumplían las promesas de liberación de Dios y el haber omitido la frase la venganza de Dios. Él nos muestra a un Dios compasivo y misericordioso, hace nuevo todo, sella en el corazón del ser humano, una alianza de amor y de respeto del uno por el otro.
Se preguntan ¿cómo éste hijo del carpintero José va a saber más que nosotros? Rechazan al profeta, como lo habían hecho antes con Jeremías aquel joven tímido y tartamudo, a quien Dios escogió para anunciar la buena nueva a las naciones (Jr 1,4-10). Sus paisanos como hoy en nuestro tiempo, creen saberlo todo, conocer a Dios y estar lejos de él, no dejarse cuestionar por los problemas de injusticia, insalubridad, hambre, se rasgan las vestiduras, porque no reconocen el valor y la presencia de Dios en Jesús.
Es la mezquindad e indiferencia de sus paisanos que no reconocen el tiempo de gracia. También hoy los creyentes podemos rechazar ese tiempo de gracia, de la vida de Dios en medio de nosotros. Jesús nos dice: “Ningún profeta es aceptado en su patria” (v. 24). Comienza a cuestionarlos y a nosotros por nuestra falta de fe. Elías fue enviado a la viuda de Sarepta; Eliseo sanó a Naamán el sirio.
La salvación es universal, cierran su corazón y sus oídos a la Palabra de gracia. Se indignaron y lo llevan a un barranco para despeñarlo (vv. 28-29). Este rechazo de Dios nos muestra a un Jesús luchando contra el poder de Satanás. La mentira, la ambición del poder y del dinero, el desprecio por la vida humana, la indiferencia, insensibilidad ante el dolor humano, la contaminación ambiental, nos conduce al rechazo del amor a Dios y al hermano.
Jesús, se abrió paso y continuó su camino (v. 30). Enseñanza para nosotros como Iglesia de caminar junto a los pobres que buscan justicia, libertad, mejores condiciones de vida, para que el amor de Dios sea una realidad. (DOMINGO IV T.O. CICLO C. D. 03.02.2019. LC. 4,21-30) (Escrito por Fray Héctor Hérrera OP +)
Publicado en Chimbotenlinea.com el 29 de enero del 2019
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