Trujillo en Línea.- El virus del SARS-CoV2, conocido como coronavirus, ha replicado su genoma miles de millones de veces durante estos casi dos años de pandemia. El genoma viral, al pasar por tantas personas, ha incorporado cambios o errores que han producido mutaciones o variantes del virus original.
“Las variantes no son nuevos virus, es el mismo con algunas modificaciones en su fenotipo. En virología, estas mutaciones son esperadas. Todo virus tiene la probabilidad de modificaciones genéticas y el virus del CoViD-19 no estaba exento de ello. La probabilidad de estas mutaciones es directamente proporcional con el número de réplicas”, explicó el epidemiólogo y docente de la UCV, Miguel Ángel Tresierra.
El especialista también explica que los científicos, vienen monitoreando los cientos de cambios del virus a través de análisis genéticos que ayudan a entender su evolución y cómo abordar su propagación. Además, la ciencia se ha encargado de clasificar a las variantes en dos grupos según sus características: Variantes de Interés (VOI, siglas en inglés) y Variantes de Preocupación (VOC, siglas en inglés).
¿Qué son las variantes VOC?
Son cuatro las variantes que entran en este grupo . Las VOC de preocupación están cumpliendo con estudios epidemiológicos por el grado de contagio que están mostrando. Según especialistas a nivel mundial, estas variantes sólo tendrían diferente capacidad de contagiosidad, ninguna tiene más virulencia que la otra, e inmunológicamente responden a las vacunas hasta hoy conocidas y utilizadas alrededor del mundo.
Entre las variantes VOC, se encuentran la variante Alfa, detectada originalmente en Reino Unido; la variante Beta, detectada en Sudáfrica; la variante Gamma, detectada en Brasil, y la variante Delta; aquella que se encontró en tierras indias originalmente.
¿Cuáles son las variantes VOI?
El caso de las variantes de interés es distinto. Estas variantes son aquellas que, si bien cuentan con una probabilidad menor que las de preocupación, podrían impactar en la situación epidemiológica de los países y ciudades que se descuiden de los protocolos de bioseguridad. Podrían causar un incremento en la transmisibilidad, la severidad y el escape a la respuesta con un grado menor de certeza.
Las variantes VOI son la variante Epsilom y Lota, que fueron detectadas originalmente en Estados Unidos en marzo y noviembre del año pasado, respectivamente; la variante Zeta, detectada en abril del 2020 en Brasil; la variante Eta, que fue detectada en varios países hacia finales del año pasado; la variante Theta, original de Filipinas; la variante Kappa, encontrada en la India en octubre del 2020 y la Lamda, detectada en nuestro país en diciembre del año pasado.
“De estas variantes, la variante Épsilon cuenta con tres mutaciones en la proteína de pico que disminuyen la potencia neutralizadora de los anticuerpos generados a través de las vacunas y de las infecciones naturales; y es por ello que aún con la vacuna debemos seguir cuidándonos”, explicó el Dr. Tresierra.
Por otro lado, el médico epidemiólogo señaló que la variante Lambda es la responsable de la mayor parte de los nuevos contagios en Perú y la que ha generado una alta incidencia en Argentina y Chile. El motivo por el que esta variante ha comenzado a ser vigilada de cerca por la OMS es su alta transmisibilidad.
“Para tranquilidad de quienes se han vacunado; hasta el momento no se ha encontrado evidencia concluyente de que la variante Lambda o cualquier otra, aumente la virulencia (gravedad clínica) del virus, ni que haya logrado el salto epidemiológico que significa la evasión a la antigenicidad de las vacunas”, finalizó el epidemiólogo.
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