Trujillo en Línea.- Una simple llamada a la Línea 100 de Ayuda ante la Violencia Familiar, efectuada por agentes de Seguridad Ciudadana de Trujillo desde su teléfono móvil, logró movilizar a funcionarios del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) de la ciudad de Lima y fiscales del Ministerio Público de Trujillo, quienes acudieron de inmediato a prestar ayuda a un niño de 10 años de edad, víctima de continuos maltratos por parte de su padre.
La acertada intervención de los agentes ediles ocurrió a las 3 p.m. de ayer jueves, en el parque Nicolás Copérnico, de la urbanización Los Granados, según explica un informe dirigido al gerente de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil de la Municipalidad Provincial de Trujillo, David Figueroa Armas.
Según informaron los agentes, se encontraban realizando el servicio de patrullaje preventivo por la zona, y observaron a un niño, vestido con uniforme escolar, que lloraba desconsoladamente junto a un triciclo con fruta, mientras que un hombre dormía profundamente en el gras del parque, a pocos metros del vehículo menor.
Interesados por este caso le preguntaron al menor el motivo de su llanto, a lo que el niño respondió que era porque su padre, que es vendedor de fruta y que estaba durmiendo en el gras, recuperándose de una borrachera, le había pegado con una madera y lo había amenazado de continuar maltratándolo cuando retornen a su domicilio.
De inmediato, los agentes de Seguridad Ciudadana de Trujillo procedieron a llamar a la Línea 100, obteniendo la respuesta de funcionarios del MIMP, quienes luego de recibir la información respectiva sobre el caso de violencia familiar, les dieron instrucciones para que trasladen al niño y a su padre a la Comisaría La Noria, ya que a ese lugar se dirigía un fiscal del Ministerio Público para hacerse cargo del caso.
En la dependencia policial, la comunicación de los agentes ediles con funcionarios del MIMP ha causado una inexplicable preocupación entre los efectivos policiales, quienes han reclamado a los uniformados ediles, ya que, según ellos, el tema debía ser tratado de una manera reservada, y hasta se han atrevido a llamarles la atención solo por haber acudido a las instancias correspondientes para denunciar este caso de violencia familiar.
El agresor ha sido identificado como José Gilmer Gonzáles Zavaleta (56), comerciante ambulante de fruta, domiciliado en la manzana P, lote 3, barrio A, sector cerro Bolongo, en el centro poblado Alto Trujillo, distrito El Porvenir. El niño, D.A.G.C., de 10 años de edad, es alumno del cuarto grado de primaria en la institución educativa Ramón Castilla, de Alto Trujillo.
Ante los agentes de Seguridad Ciudadana de Trujillo y efectivos policiales, el padre admitió haber castigado a su hijo con un palo, por no haber llegado a su casa el día anterior, en tanto que el menor se justificó indicando que había ido a dormir a la casa de un amigo por temor a su padre, ya que este había estado ebrio y cuando está en ese estado acostumbra maltratarlo.
Además, el niño acusó a su profesor de matemáticas de incitar a su padre para que lo maltrate físicamente, en lugar de aconsejarle que no lo haga, y cree que eso se debe a que ambos se reúnen con frecuencia a libar licor.
Añadió que su progenitor tiene una conducta violenta y que a su madre también la maltrataba, por eso es que ella abandonó su hogar hace un año, aproximadamente, junto a sus tres hermanitos, y que él desea ir a vivir con su mamá pero que el padre no lo deja.
Comentarios