Trujillo en Línea.- Al igual que en una maratón, en la que antes de llegar a la meta el aliento falta y las fuerzas parecen claudicar, Jose Valerio Malca estuvo a punto de dejar su sueño de ser profesional. Pero un impulso interior más grande que los miedos que lo invadían le hicieron desistir. Uso todas sus energías para no darse por vencido y esas mismas los emplea ahora para brindar clases gratuitas a niños de zonas rurales del Perú.
Junto con compañeros comprometidos con la buena educación, Jose, talento de Beca 18 del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, inició talleres de cuentos y reciclaje en centros educativos de Lima y Cajamarca. El objetivo era solo uno: fomentar el gusto por la lectura y el respeto por el medioambiente a niños y niñas de zonas alejadas del país.
Unidos por la educación
Tras dos exitosas experiencias en dos colegios públicos; y ahora, en época de la pandemia por la COVID-19, han creado el proyecto “Unidos por la educación”. Su misión es apoyar el logro de una mejor comprensión de las clases virtuales en niños y jóvenes de escuelas rurales del país mediante un sistema de mentores. ¿Por qué José se interesó en brindar su tiempo en enseñar? Porque él más que nadie sabe lo que es no comprender las lecciones de las clases y no adaptarse.
El joven talento de Beca 18 recuerda aún con nostalgia aquel primer ciclo de la universidad cuando tuvo que dejar su querida comunidad campesina de Lingan Grande, del distrito y provincia de Chota, en Cajamarca, y viajar muchos kilómetros a la capital. Pasó de ocupar el primer puesto de su colegio a sentir que no encajaba en esta nueva realidad.
“No sabía cómo usar un ascensor. Venía de estar cinco años de secundaria en un solo salón y pasaba a estudiar en dos torres de dieciséis pisos”, explica. No solo era eso. Desde la comida extraña, el tráfico y la angustia de perderse, hasta todos los rigores y exigencias de aprobar los cursos. ¿Cómo logró superar sus miedos? Su familia fue clave. Se armó de valor porque detrás de él estaban cinco hermanos que veían en él su ejemplo a seguir. No podía darse el lujo defraudarlos.
Entonces, Jose, quien está a puertas de egresar de la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), decidió reunirse con sus pares para formar un grupo de aprendizaje: Asociación de Becarios Compartiendo Conocimiento (ABCC). Muchos aún recuerdan cómo lograba congregar a cientos de becarios en el sexto piso de su centro de estudios. ¿Qué hacían? Se enseñaban los unos a los otros.
“Algunos dominaban cursos que otros no. Empezamos a compartir conocimiento. Me di cuenta que no solo yo necesitaba ayuda, sino también le pasaba lo mismo a otros becarios”, relata el joven talento de 22 años. Su vocación de servicio y su gran capacidad para organizar, y ayudar a que otros becarios no desaprueben sus cursos, hizo que lo nombraran delegado general de los becarios de Beca 18 en la UTP.
Jose, además, se preparó constantemente. Ha participado en todos los cursos y talleres de liderazgo, empleabilidad y emprendimiento brindados por el programa de becas del Estado. “Pronabec es también como mi universidad”, precisa el talento, quien representó a los becarios en el Encuentro Nacional de Líderes Juveniles 2019, organizado por la Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju). Todo un líder que ahora camina sin miedo.
Por más sueños
“Decidimos que ya que habíamos tenido éxito compartiendo conocimiento hacia adentro ahora teníamos que hacerlo hacia afuera”, indica el futuro profesional, sobre los inicios de ABCC, reconocida como asociación juvenil por la Senaju, y conformada por 50 estudiantes becarios de la UTP, del Instituto ADEX y de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Otros becarios que lideran ABCC son Fiorella Del Castillo, Nieves Jaramillo, Ignacio Aguirre, Karol Candela, Irma Altamirano, Esthefany Liza, Zarela Moreyra y Delmira Fernández. Este grupo busca congregar a otros 50 becarios voluntarios para llegar a 100 y así sumarse a los esfuerzos necesarios por apoyar en los aprendizajes de estudiantes de zonas vulnerables del país. “Invitamos a todos los hermanos y hermanas becarios a que se unan y así lograr acortar brechas en la educación del país”, señala Jose.
Desde enero de 2020, además, empezó a trabajar en modernas construcciones de edificios y grandes centros comerciales. “También me gusta meterme en la parte técnica porque eso me hace aprender más”, cuenta Jose, quien gracias a su preparación y perfil ha logrado insertarse rápidamente al mercado laboral. Cinco años han pasado después de ese primer encuentro con un ascensor, que no solo aprendió a usar, sino también a conocer toda su ingeniería y dinámica. Hoy, es un líder que inspira a personas. “Más que delegado, soy compañero, soy un puente”, explica con una sonrisa.
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