Trujillo en Línea.- Un verdadero atentado contra la salud estaría provocando el cierre del camal municipal del distrito La Esperanza. Al no existir un lugar donde sacrificar el ganado antes de llegar a los mercados, lo peor es que el número de mataderos clandestinos se habrían incrementado.
“Ahora tienen que matar a las reses en las viviendas aledañas u otras zonas donde no existe control sanitario. Los ganaderos y matarifes por ganar, no desechan la carne con parásitos, tenia, triquina u otros organismos que podrían causar hasta la muerte”, mencionó Juan Sixto Valeriano extrabajador del Camal Municipal.
Hace 13 días, su centro de trabajo fue cerrado por la municipalidad de La Esperanza, por no ser rentable y provocar el colapso de los desagües; y ahora los ganaderos no tienen dónde matar a sus animales para vender. “Hay que ganarse la vida en algo y no podemos exigirle al criador que deje de sacrificar a sus animales”, manifestó.
Mañana los 150 trabajadores se reunirán con el alcalde distrital y representantes de Senasa para evaluar el problema. Lo que se teme es no llegar a algún acuerdo porque el burgomaestre Daniel Marcelo no habría cumplido con varios acuerdos convenidos con la institución encargada de velar por la sanidad agraria. (Redacción Central)
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