Trujillo en Línea.- La doctora Ruth Shady Solís, directora de la Zona Arqueológica Caral (ZAC), Unidad Ejecutora 003 del Ministerio de Cultura, presentó, en conferencia de prensa, el resultado de quince años de investigaciones en sitio arqueológico Vichama, Ciudad Agropesquera, edificado hace 3800 años, en el distrito de Végueta, provincia de Huaura, Región Lima,
Sostuvo que en este antiguo centro urbano se hallaron diversas evidencias del cambio climático que afectó el normal desarrollo de la Civilización Caral (3000 – 1800 a.C.), hace miles de años, perjudicando a su población, ubicada en el valle de Supe, como en la Ciudad Sagrada de Caral.
Entre ellos destacan los impresionantes relieves que los antiguos habitantes de Vichama plasmaron en los muros de sus principales salones ceremoniales, como las encontradas en el Edificio Principal (Sector A). Aquí se halló un total de 34 relieves murales, al que se le ha denominado “La Danza de la Muerte y de la Vida”.
En un primer nivel, de este edificio, se observa a seres adultos muertos, con las costillas marcadas, los ojos cerrados, entre dos cuerpos cadavéricos. Y en la parte superior, representaron a gente joven, en una especie de danza ritual, en diferentes posturas, entre dos peces. Y, en la cima de este edificio, modelaron en el muro de su salón ceremonial el rostro de un sapo, con dos manos humanas, y un canal sobre la cabeza, como un rayo, al que se le denominó el “Sapo Humanizado”.
El sapo en la cosmovisión andina es un animal relacionado a la llegada de las lluvias, por lo que se presume que en este ambiente realizaban ceremonias astronómicas y ritos propiciatorios para la llegada de la lluvia.
Más relieves fueron descubiertos en el Edificio Público de los Depósitos (Sector K). La primera escena nos muestra un relieve escultórico, compuesto por cuatro cabezas humanas, con los ojos cerrados, y dos serpientes que se desplazan entre ellas, hacia una cabeza que representaría una semilla antropomorfizada, con la boca abierta y raíces hincadas en la tierra. Tras las investigaciones fue denominada como el “Mural de la Llegada del Agua”.
En otro muro, antes del anterior, se descubrió otro “Sapo Humanizado” con los brazos extendidos sobre una cabeza antropomorfa, que tiene los ojos cerrados. Según la interpretación de la doctora Shady, la escena representaría “El Anuncio de la Llegada del Agua”.
Los relieves escultóricos de Vichama han sido vinculados con un período de escasez y hambruna por el que habrían atravesado sus habitantes. Serían representaciones para la memoria del colectivo social sobre las dificultades enfrentadas por el cambio climático y la escasez del agua y de los alimentos. El recordatorio de un evento que no debía ser olvidado, por lo que se busca transmitir esta información y ser aprovechada por la población actual, que ya afronta un cambio climático mundial.
OTROS HALLAZGOS
Por otro lado, la doctora Ruth Shady mostró las esculturas elaboradas en arcilla no cocida, las cuales muestran a seres antropomorfos y zoomorfos, como las tres figuras polícromas en la que representaron a una pareja de gobernantes (un varón y una mujer) y a una sacerdotisa, halladas juntas en un contexto de ofrenda. Hallazgo que representaría la complementariedad de género en la que varones y mujeres podían ocupar puestos importantes, sociales y políticos.
Asimismo, mostró las “megashicras”, bolsas de fibra vegetal (junco o totora) de gran tamaño que fueron usadas como relleno constructivo, para menguar los efectos sísmicos, mejorando las encontradas en los centros urbanos de la Civilización Caral. En la actualidad, la población de Végueta continúa con la tradicional extracción y tejido del junco, para elaborar diversos objetos.
También, en Vichama se han exhumado contextos funerarios, que depositaron en tumbas excavadas en zonas arenosas o afloramientos rocosos. Delimitaron con piedras el espacio donde colocaban el cuerpo del fallecido en posición flexionada, con las rodillas cerca del pecho y los brazos hacia la cara, decúbito lateral, envuelto en un tejido torzal de algodón y un petate de junco encima.
Alrededor dejaron ofrendas: cestos y bolsas pequeñas (shicras), tejidos con fibra vegetal, conteniendo diversos productos vegetales o marinos (moluscos y peces), mates y restos de aves. Cubrieron lo enterrado con arena
Entre otros objetos destacan silbatos y flautas traversas, fibras de algodón, plumas de aves exóticas (provenientes de la selva), restos de pescados (en su mayoría anchoveta), herramientas de confección (como agujas de hueso), de pesca, de agricultura, entre otros. Además, de objetos preciados como cuentas líticas, de crisocola, de conchas de moluscos y de spondylus.
VICHAMA
El centro urbano de Vichama fue construido sobre una terraza y laderas del cerro Halconcillo, a un kilómetro y medio del litoral y a 75 metros sobre el nivel del mar, por encima de los campos agrícolas que se extienden a lo largo y ancho de la sección inferior, margen derecha, del río Huaura.
Tiene una extensión de 25 hectáreas y entre los 3800 y 3500 años antes del presente se construyeron 22 conjuntos arquitectónicos, con edificios públicos, plazas de reunión y sectores domésticos. Los hallazgos realizados dan cuenta que esta sociedad tuvo gran interacción con culturas de la selva, costa y sierra.
La doctora Ruth Shady sostuvo que, en quince años, además de la labor arqueológica, el equipo multidisciplinario de la Zona Arqueológica Caral, ha trabajado en la conservación del patrimonio cultural y de los muchos objetos hallados. También en la transmisión de la información recuperada, sobre los conocimientos que desarrollaron en ciencia y tecnología, de la historia social y cultural de Vichama, en beneficio de la población local, nacional e internacional.
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